Guinzburg - Imaginemos una velada: van a tu casa, ¿qué le decís: "Esperá que me pongo cómoda"?
Jelinek - No... No, no.
Guinzburg - ¿Te desvestís ahí mismo?
Jelinek - Nooo, no, no.
Guinzburg - Contame, no lo dejes a mi criterio.
Jelinek - Lo dejo a tu criterio.
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